Crónicas de un aventurero

La vida de una persona normal arrugada por la ficción...

Mi foto
Nombre:

lunes, mayo 15, 2006

Nuevas empresas...

Polvo, polvo y más polvo. Todo mi escritorio está lleno de esta maldita materia minuscula que conjunta no hace más que molestar a la vista y al olfato cuando se levanta. Si bien es cierto que es en parte culpa mía, no puedo evitar rabiar cuando se amontona tanto, sobretodo encima de mi LVP.

Ando enfrascado en los pensamientos de mi Misión y no me doy cuenta de nada, incluso de la misma Misión, a veces pienso que doy pasos atrás, que no consigo lo que me propongo, muchas veces creo que debo olvidarla y buscar otra. Sin embargo he de seguir adelante, no puedo rendirme ahora, es MI MISIÓN, y como mago y sabio, sería de cobardes echarme atrás.

Fue por ésto que tanto polvo se ha ido acumulando por aquí (Está bien, también por algo de pereza y ocupación personal...), tampoco había mucho más que contar en este libro, sin embargo, ha surgido algo importante, una nueva empresa, otra gran misión que me ocupará esta semana: La busqueda del grimorio perdido de Eaki. Un poderoso mago que dejó atras poderosos terosos y objetos mágicos, pero lo que más me interesa es su libro de hechizos.

La busqueda comenzó hoy y me acompañaron dos viejos conocidos míos, el guerrero Chichimaru y el bribón de Mesi. Esos dos cuando se juntan pueden volverse algo pesados para un paciente mago como yo, sin embargo son útiles en la batalla. La busqueda nos llevo a las montañas cercanas a la costa llamadas Calamaioh. Unas montañas llenas de antiguas ruínas y repugnantes criaturas como trasgos u orcos.

Lo mejor que teníamos para buscar era un viejo mapa, raído y de dudosa procedencia que me vendió un anticuario. Un sucio mapa que no es de fiar, pero no tenía mejor pista que esa. La pista nos llevaba a las montañas que ya he mencionado, algo que no me pareció raro, pues como también he dicho hay muchas ruínas antiguas.

Caminamos un buen trecho cuando horrorizados nos dimos cuenta que un alud de rocas se nos venía encima. Rápidamente conjuré un muro de fuerza para evitar que nos aplastaran mientras Chichimaru y Mesi se apartaban, no pude aguantar mucho tiempo con lo que me tocó saltar a un lado chocándome contra el muro. Por suerte no fue grave y en mi atontamiento pude fijarme en unas figuras verdes se movían arriba en un desfiladero. Se trataban de orcos y no parecían tener buenas intenciones.

Una vez levantados y limpios de polvo, pude explicarle a mis camaradas el origen del peligro, aunque algo intuían pues les pareció oír algun gruñido. Algo más cautos y con las armas apunto, avanzamos por las montañas esquivando peligros naturales como barrancos y caminos poco seguros hasta llegar donde indicaba el mapa. Se trataba de unas vieja sruínas de un torreón de guardia o algo parecido, no quedaba un solo piso en pie. Nos acercamos e investigamos bien, pero tras una hora de arduo levantamiento de rocas no conseguimos nada. Fue entonces cuando me di cuenta que ese mapa era un burdo timo. Debí estar más atento pues una flecha casi me perfora el pecho de no ser por Chichimaru. Tres orcos, ahora ya descubiertos salieron de la maleza y no parecían tener buenas intenciones, uno iba armado con un arco, los otros dos con una lanza.

Mesi no dudo un segundo y se encaró con el primer orco lancero que intentó ensartarle, sin embargo éste se agachó al ver la lanza venir y rodando por el suelo perforó el estómago del orco antes de que pudiese reaccionar. Mientras el arquero colocaba otra flecha en su arco, el segundo lancero corrió hacia mí siendo interceptado por la espada de Chichimaru que rompió la lanza. Pero el orco no se echaría atrás y cargo con los puños contra Chichimaru reciniendo un duro puñetazo en su cara. Magullado y con el orgullo herido, Chichimaru giró sobre si mismo y revanó la cabeza del orco salpicándo de sangre todas sus ropas. Comentaros que la sangre de orco apesta, y que le costará mucho sacarla, jeh. Pero no olvidemos al tercer y último orco que mientras sus compañeros luchaban preparó su flecha ya colocada y me la disparó. Por suerte para mí y desgracia para él contraba ya con mi escudo de mago ya conjurado y pude parar la flecha sin mucha dificultad. El orco arquero entró en pánico al ver caer en sus compañeros e intentó huír, pero no llego muy lejos pues un rayo de energía mágica le atraveso el corazón, así es, fuí yo... (No hay muchos magos, todo sea decirlo).

Lo único que tenían los orcos era un collar extraño con una I de color dorada en el centro. Me lo quedé para examinarlo y volvimos a nuestros hogares para descansar. Ahora me hallo aquí, en mi hogar, estudiando este apestoso colgante, que huele a orco muerto...Por muchos experimentos que intento hacer no consigo descifrar su verdadera naturaleza, estoy convencido que un brujo poderoso ha sellado el collar con algún sortilegio que escapa de mis manos...

Mañana regresaré al anticuario a decirle cuatro cosas y preguntarle si ha recibido alguna nueva noticia del grimorio de Eaki, que los dioses me sean propicios...

1 Comments:

Blogger Ishtar_K said...

Siempre estáis envuelto en apuradas aventuras amigoh Enko. Quizás podremos ayudarte en el próximo encargo el bardo Eiji y yo. Ha sido una lástima porque esta vez me interesaba gratamente la misión, pero debido a mi debilitado estado físico no he tenido más remedio que negarme. Espero poder vengarme del despreciable ser que me dejó así: Ziru Janoh. Aun está en mi mente esa mirada de superiodidad y sonrisa astuta...

3:52 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home